lunes, 5 de julio de 2010

No creo en cuentos de hadas, ni finales felices: Por Jork (Jorketina)



Primera parte

No creo en cuentos de hadas ni finales felices, que algunos nos inventan,
Observo, a los que creen conocer sobre el amor y no nos sirven de nada,
De vez en cuando admiro a los novelistas, de las historias que nos cuentan,
En ocasiones escucho canciones, que lo único bueno es su tonada,
Jamás veo un cuento de hadas hasta el final, y podría numerar mil razones,
O simplemente decirles que prefiero, que se escriban en su mirada,
Dulce mirada de reina tiene, mas no necesita mil corazones,
Ella vive en un hogar humilde, pero yo dentro le construí un castillo,
Ve la vida entera con franqueza y no valora tanto las ilusiones,
Adora inspirarse, mas no necesita un deseo, solo un beso sencillo,
Llora sola un poco y necesita un abrazo que sincero la hace fuerte,
Obtiene valor no con un lindo príncipe si no, desde cualquier brillo.
Reconozco que no creo en cuentos y solo por eso tuve mucha suerte,
Ayer lo que viví con ella, pareció uno de esos de los que terminan,
Releo así las novelas de amores imposibles, le diría: “Aun quiero verte”.


Segunda parte

Solo, no la he dejado de valorar y se que no existen los finales,
O si existen son imperfectos y por eso, son demasiado perfectos,
Las frases de algunas creaturas mágicas, siempre serán sentimentales,
Odio la radicalidad del bien y del mal, pero acepto los defectos,
Tengo un cuento de hadas extraño y yo, soy de los personajes principales,
En este cuento las cosas no salieron bien, pues mi princesa se ha ido,
Entre tanto ha cambiado mi actitud, ya no parece ser la de un príncipe,
Se parece más, a una triste historia o quizá un cuento poco divertido,
Cuando cierro los ojos, se que los finales no siempre son los mejores,
Un momento me gustaría que en esta historia, uno feliz hubiera sido,
Cuando ya no creo en finales felices, tampoco creo en finales peores,
He aprendido, el mejor final es natural y completamente sentido,
Otro cuento de hadas no soy, mejor prefiero uno que hable solo de amores.

De 777 Poemas y Un Coracon, poemas 101 y 93.

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